Serie / por Amazon Prime
Puntuación: muy buena
Amazon resolvió con acierto el dilema que le proponía “The man in the high castle”, que no deja de ser el intríngulis planteado en torno a cada producto exitoso que muestra signos de agotamiento: o se lo estira, con resultado incierto, o se le proporciona un final a la altura. Amazon decidió que con cuatro temporadas ya estaba bien y la serie basada en la novela de Philip K. Dick tuvo su desenlace, terreno en el que más vale no adentrarse porque está minado de spoilers.
Claro que el hilo argumental planteado por Dick, uno de los mejores escritores de ciencia ficción de todos los tiempos, se había agotado hace rato. El desarrollo de “The man in the high castle” fue responsabilidad del equipo de guionistas comandado por el showrunner Frank Spotnitz y fueron ellos los que debieron ponerle el moño a una historia que se había disparado en múltiples direcciones durante la tercera temporada.
La serie nació de la distopía imaginada por Dick: un mundo en el que los nazis ganaron la Segunda Guerra Mundial, tras arrojar una bomba atómica sobre Washington. Los alemanes se apropian de la costa este estadounidense, mientras los japoneses ocupan la oeste. Queda en el medio una zona neutral, donde intenta hacer pie una tenue resistencia a los ocupantes. Pero hay un elemento discordante: aparecen películas, más bien imágenes documentales, que muestran a los aliados victoriosos y a los nazis derrotados. ¿De dónde vienen? ¿Quién las hizo? La respuesta radica en la existencia de universos paralelos, el tema de moda en la ciencia ficción de hoy.
“The man in the high castle” se había dispersado en tres líneas argumentales (la relación de los estadounidenses con sus nuevos amos; la cuestión de las realidades alternativas; el desarrollo dramático de los protagonistas). Spotnitz unificó esos arcos a lo largo de esta cuarta temporada, que se inicia con el funeral de uno de los mejores personajes de la serie, el señor Tagomi (Cary-Hiroyuki Tagawa).
Las historias de John Smith, el líder de la América nazi (Rufus Sewell), y de Juliana Crain, la pieza clave en el esquema de la resistencia (Alexa Davalos), direcciona la serie hacia un epílogo impensado hace años, cuando Amazon se lanzó a la aventura de producir un show de gran presupuesto cuyo destino era por demás dudoso. Pero fue -es- todo un éxito.